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Cambio climático, comunicaciones y colaboración

 

Sarah Czunyi

Program Officer, IDRC
IDRC / Tom Pilston

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Las lluvias estacionales intensas provocaron graves inundaciones que afectaron a millones de personas el pasado agosto en el distrito Bihar, en la frontera entre India y Nepal. La vivienda de Chatti Devi fue una de los pocas que resistió las inundaciones y sus consecuencias silenciosas: la propagación de enfermedades causadas por la contaminación del agua y la falta de instalaciones sanitarias. Chatti y su familia lograron evitar las enfermedades transmitidas por el agua gracias a un inodoro EcoSan construido sobre una plataforma elevada de su hogar. Debido a que se comprobó su eficacia durante la inundación, el interés por estos inodoros ha aumentado entre los miembros de la comunidad y en el ámbito de las políticas.

Pero ¿cómo puede esta historia exitosa inspirar soluciones similares que ayuden a personas y comunidades a adaptarse al cambio climático y a sus riesgos asociados?

El papel de las comunicaciones en la adaptación al cambio climático

El cambio climático es un problema cada vez más apremiante. Las estimaciones actuales indican que se producirá un sobrecalentamiento de 2 °C hacia finales de este siglo a nivel mundial. Los impactos del cambio climático ya se sienten en muchas partes del mundo. La adaptación es crucial; sin embargo, la capacidad de las personas para adaptarse se ve gravemente influenciada por los tipos de información con los que cuentan.

Hasta hace poco la comunicación sobre el cambio climático se percibía, en gran medida, como un enfoque verticalista según el cual la información científica se transmitía al público suponiendo que traería consigo un cambio de comportamiento. Pero la presentación de hechos es insuficiente. Incluso la eficacia comprobada de adaptaciones piloto, tales como los inodoros EcoSan en Bihar, no es garantía de aceptación e implementación.

El lenguaje científico tiende a ser excluyente; por lo tanto, el mensaje tiene que ser adaptado y accesible para el público en general. Cada vez es más evidente que quién comunica, cómo lo hace y con qué intenciones lo hace son factores cruciales que deben considerarse si esperamos suscitar un cambio. Con mayor frecuencia el conocimiento coproducido y las formas de comunicación bidireccionales son eficaces en contextos de países en desarrollo en los que las poblaciones están entre las más vulnerables a los impactos del cambio climático.

La comunicación del cambio climático ha surgido como un campo de trabajo en sí mismo. Actualmente, el enfoque se ha modificado de una comunicación sobre el cambio climático a una comunicación sobre cómo adaptarse a este cambio. Este cambio de enfoque presenta sus propios desafíos únicos que consideran no solo factores espaciales y temporales, sino también condiciones locales diversas, distintas visiones del mundo, visiones a largo plazo y altos niveles de incertidumbre.

Diversidad y colaboración

La Iniciativa de Investigación Colaborativa para la Adaptación en África y Asia (CARIAA, por sus siglas en inglés) es un modelo de siete años basado en consorcios que se centra en investigar las opciones de adaptación en diversas zonas de alto riesgo en África y Asia ante el cambio climático. Estas zonas de alto riesgo son áreas geográficas con gran sensibilidad al cambio climático y habitadas por miles de millones de personas pobres y vulnerables. Chatti Devi y su comunidad son solo un ejemplo de los numerosos sitios de investigación de CARIAA distribuidos en 17 países de África y Asia del Sur.

La adaptación es una necesidad apremiante en estas zonas de alto riesgo. Una lección común aprendida a lo largo del programa y de los diversos sitios de investigación ha sido la necesidad de contextualizar los enfoques de comunicación para las distintas audiencias, con diferentes socios y propósitos. Esto ha variado desde la creación conjunta de materiales para participantes alfabetizados y analfabetos hasta la identificación de prioridades económicas para canalizar la información sobre el cambio climático a los responsables de la toma de decisiones en varios sectores.

Un desafío (y oportunidad) adicional para la comunicación es el enfoque colaborativo de CARIAA. Trabajamos con más de 40 instituciones socias y con más de 400 investigadores y profesionales que persiguen un propósito común, pero que tienen distintas trayectorias. A partir de la producción conjunta de comunicaciones orientadas al ámbito estatal o nacional, hemos aprendido que aunque la síntesis colaborativa puede tener altos costos de transacción (en cuanto a tiempo, gastos y desarrollo de confianza yrelaciones), estas visiones, procesos y aprendizajes compartidos son los que llevan a resultados reales.

Sin embargo, incluso más importante que la diversificación de las comunicaciones es la necesidad de integrar explícitamente la comunicación al programa desde su inicio, en lugar de que resulte como una idea tardía de nuestros procesos de investigación.

En su último año, el consorcio de CARIAA continúa ofreciendo al público los resultados de las investigaciones en regiones semiáridas, deltas y cuencas de ríos que dependen de glaciares. En el ámbito del programa, intentamos asegurar que historias importantes como la de Chatti se conozcan y que nuestro trabajo sobre la ciencia del clima, la adaptación eficaz, la migración, la igualdad social y de género, y la investigación para el impacto, lleguen fundamentalmente a las comunidades que se verán más afectadas por el rápido cambio climático. Esperamos que otras personas puedan aprender de nuestras experiencias y, a partir de ellas, elaborar iniciativas nuevas de gran impacto para la adaptación al cambio climático que reconozcan la importancia de la comunicación en todas las fases de un proyecto o programa, desde su diseño hasta su implementación.

Sarah Czunyi es una funcionaria de gestión de programas para del Programa de Agricultura y Medioambiente del IDRC.

 [1] Ver Swanepoel, 2018. Communicating climate change. Resumen de informe de la conferencia Futuros de la Adaptación, African Earth Rights; y Tschakert, 2007. Views from the vulnerable: Understanding climatic and other stressors in the Sahel. Global Environmental Change 17, 381-396.

Intense seasonal rains caused severe flooding that affected millions of people last August in the Bihar district on the India-Nepal border. Chatti Devi’s home was one of the few that withstood the floodwaters and their silent aftermath: the spread of waterborne diseases caused by water contamination and the lack of sanitation facilities. Chatti and her family managed to avoid waterborne illness because of the EcoSan toilet constructed on a raised platform at their home. Since their effectiveness was proven during the flooding, interest in the toilets has been mounting among community members and at the policy level.

But how can this success story lead to similar solutions that help individuals and communities adapt to climate change and its associated risks?

The role of communications in climate change adaptation

Climate change is an increasingly urgent issue. Current estimates indicate that globally we will exceed a 2⁰C warming by the end of this century. The impacts of climate change are already being felt in many parts of the world. Adaptation is crucial, yet people’s ability to adapt is critically influenced by the types of information available to them.

Until recently, climate change communication was largely perceived as a top-down approach whereby scientific information was relayed to the public with the assumption that it would result in behavioural change. But the presentation of facts is insufficient. Even the proven effectiveness of pilot adaptations, such as the EcoSan toilets in Bihar, are no guarantee of acceptance and uptake.

Scientific language tends to be exclusionary, therefore messaging must be refined and accessible for the general public. It has become increasingly clear that who communicates, how they do it, and with what intentions are crucial factors that must be considered if we hope to elicit change. Increasingly, co-produced knowledge and two-way forms of communication are recognized as being effective[1] in developing country contexts where populations are among the most vulnerable to the impacts of climate change. 

Climate change communication has emerged as a body of work in its own right. Now the focus is shifting from communicating about climate change to communicating about adaptation to climate change. This change in approach poses its own unique challenges that considers not only spatial and temporal factors but also diverse local conditions, differing worldviews, long time frames, and high levels of uncertainty.

Diversity and collaboration

The Collaborative Adaptation Research Initiative in Africa and Asia (CARIAA) program is a seven-year consortia-based model focused on researching adaptation options in various climate change “hotspots” in Africa and Asia. These hotspots are geographic zones with high sensitivity to climatic change and inhabited by billions of poor and vulnerable people. Chatti Devi and her community are just one example of CARIAA’s multiple research sites across 17 countries in Africa and South Asia.

Adaptation is a pressing need in these hotspot areas, and a common lesson throughout the life of the program and the diverse research sites has been the need to contextualize communication approaches to different audiences, with different partners, and for different purposes. This has ranged from the co-creation of materials for literate and illiterate participants to identifying economic priorities to channel climate change information to decision-makers in various sectors.

An additional communication challenge (and opportunity) is CARIAA’s collaborative approach. We work with more than 40 partner institutions and in excess of 400 researchers and practitioners that are aligned around a common purpose, but with very different backgrounds. From co-producing targeted communications at the state or national level, we have learned that while collaborative synthesis may have high transaction costs (in terms of time, cost, and building trust and relationships), these shared visions, processes, and learning are what have led to real outcomes.

However, even more important than diversifying communications is the need to explicitly integrate communications into the program from the outset, as opposed to it being an afterthought of our research processes.

Now in its final year, CARIAA consortia are continuing to bring the results of our research on semi-arid regions, deltas, and glacial-dependant river basins to the relevant audiences. At the program level, we are trying to ensure that important stories such as Chatti’s are heard and that our work on climate science, effective adaptation, migration, gender and social equity, and research for impact will ultimately reach the communities that will be the most greatly affected by the rapidly changing climate. We hope that others can learn from our experiences and build on them to design new and impactful climate change adaptation initiatives that recognize the importance of communication through all phases of a project or program, from design through to implementation.

Sarah Czunyi is a program management officer in IDRC's Agriculture and Environment program.

[1] See Swanepoel, 2018. Communicating climate change. Summary report from Adaptation Futures conference, African Earth Rights; and Tschakert, 2007. Views from the vulnerable: Understanding climatic and other stressors in the Sahel. Global Environmental Change 17, 381-396.